PUBLICA O PERECE

Estos días me he estado acordando de alguno de esos grandes libros que hemos manejado en la carrera y he pensado ha falta de verano en Alemania del que hablar, o noticias del nuevo curso, podría dedicarle una serie de artículos al Quantum Mechanics de Cohen y compañia, al Óptica del eterno Justiniano Casas, o a la inevitable serie de los Schaum. Se perfectamente que esto parece muy triste y que un estudiante que se precie (y aún menos si es miembro de alguna tuna) nunca debe disfrutar con los libros que le hacen leer. Sin embargo, cosas más raras hay en Internet y ya sabéis aquello de publica o perece, no solo en la ciencia sino en la web 2.0.



Uno de los libros más curiosos con los que me he cruzado recientemente es A random walk in the science, una antología de bromas científicas una de las cuales os va a resultar tremendamente familiar. Se trata de un artículo llamado "Heaven is hotter than Hell" publicado en el Applied Optics, II, A14 (1973) en el que, como no podía ser de otra manera, comprobamos que además de ser exótermico el infierno terminará por estar más frío que el cielo (algo que ya sospechabamos si tenemos en cuenta lo agustito que estamos en verano y lo mal que nos sienta el invierno).

Para estimar la temperatura de los estados escatológicos del alma (de verdad que se llaman así) el autor propone partir de la autoridad bíblica, recordando las palabras de los profetas. Por un lado, según Isaias, en el cielo "La luz de la luna será como la luz del Sol; y la luz del Sol siete veces mayor, como la luz de siete días"
. Si tenemos en cuenta la temperatura actual de la tierra (que según Al Gore es un poquito más alta que la temperatura en los tiempos de Isaias), y la que tendríamos en la Jerusalmen celeste con tal cantidad de radiación, echando mano de la ley de la cuarta potencia de Stefan-Boltzmann (la que relaciona la temperatura de un cuerpo negro con la potencia emitida), llegamos a la conclusión de que la temperatura ideal para los ángeles son los 525 ºC.

Por otro lado la temperatura del infierno tiene su limite superior en los 444.6 ºC, a la cual el azufre se evapora, ya que según el Apocalipsis "los cobardes, los incrédulos, los depravados, los asesinos, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los falsos, tendrán su herencia en el estanque de azufre ardiente, que es la segunda muerte", y claro..., para tener un estanque necesitamos algo de líquido.

Es una lástima que siempre que un físico quiera hacer una gracia tenga que reírse de la religión, o de Boltzmann; o intente separar a dos gemelos (como en "tu a Londres y yo a California" pero con mucha menos gracia, por que cuando por fin se encuentran uno tiene 20 años y el otro 90), o quiera medio matar a un gato (encerrándole en una caja con un mineral radiactivo y un complicado artilugio metálico cuya única finalidad es echarle veneno en la sopa); o intente estafar a los Reyes magos (arriesgando la felicidad futura de los niños de la tierra, que son nuestro futuro...). Si Paulov hubiera sido físico en lugar de fisiólogo, el perro de Paulov se hubiera muerto de hambre...